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El vuelo LA800 de Latam Airlines, que partió de Sídney, Australia, con destino a Auckland, Nueva Zelanda, y posteriormente a Santiago de Chile, experimentó un incidente técnico que resultó en un descenso abrupto en el aire. Varios pasajeros describieron escenas de caos y pánico a bordo, con personas gritando y llorando mientras el avión perdía altitud de manera súbita.
El descenso brusco provocó que varias personas salieran volando de sus asientos, algunos chocando contra el techo con suficiente fuerza como para romper paneles del mismo. Muchos pasajeros resultaron heridos, con fracturas y lesiones en la cabeza y el cuello, y se reportó que salía sangre de la cabeza de algunas personas.
A pesar de la gravedad del incidente, el avión logró aterrizar de manera segura en Auckland, donde 50 personas fueron atendidas por servicios de emergencia y 12 fueron trasladadas a un hospital, incluyendo a un pasajero en estado grave. Tres miembros de la tripulación también requerían atención médica.
El piloto informó a los pasajeros que había perdido la instrumentación brevemente y que había retomado el control del avión de manera repentina. Aunque aún no se conocen detalles precisos sobre la causa del incidente, la Dirección General de Aeronáutica Civil de Chile liderará la investigación, ya que el avión estaba registrado bajo matrícula chilena y el incidente ocurrió en espacio aéreo internacional.
La aerolínea Latam Airlines expresó su pesar por los inconvenientes causados a los pasajeros y anunció la cancelación del vuelo hacia Santiago.